¡BACHELET COMO AVION!...

PERO CAYENDO EN PICADA

Bajo el título "A un año en el cargo, la Presidenta de Chile intenta revertir la caída", el periodista Larry Tohter, del diario The New York Times, hace un crítico balance desde Santiago del primer aniversario de Michelle Bachelet en el poder, en tono similar a un editorial de la revista The Economist de la semana pasada.

El texto publicado hoy comienza con un contrapunto:

"Prometió justicia social y una estabilidad económica continuada; sin embargo, Chile se enfrenta en este momento a un persistente escándalo de corrupción y al caos en el sistema de transporte de la capital, lo que se ha aliado para minar su popularidad".

Más adelante el artículo señala que "la gente que debe trasladarse a diario desde distintos puntos de la capital pierde varias horas al día intentando llegar a sus lugares de trabajo y luego de vuelta a su hogar. En lugar de simbolizar la prosperidad y el progreso de Chile, el nuevo plan Transantiago ha llegado a representar la ineptitud oficial y ha convertido en una burla la promesa de Bachelet de conducir un gobierno que escucharía y se ocuparía de los problemas populares", acota.

La nota repara en el discurso televisado del 26 de marzo, en el cual la gobernante realizó un "mea culpa" por la crisis del transporte. A ese respecto, The New York Times agrega que "para sus críticos, la apología de Bachelet ha sido característica de lo que ellos consideran como una de las principales fallas de su presidencia. Sostienen que casi siempre es demasiado tímida y responde demasiado tarde y con demasiados pocos argumentos a los desafíos".

El análisis no eludió abordar la responsabilidad de la administración laguista en la crisis:

"Bachelet no originó el deficiente plan de tránsito que heredó del anterior gobierno. Pero pertenece al mismo partido de su predecesor, Ricardo Lagos Escobar, y se le ha endilgado la culpa por el fiasco".

Sobre los efectos del caso Chiledeportes, el reportaje concluye con una cita del cientista político Ricardo Israel: "La corrupción puede significar para la democracia chilena lo que fueron los derechos humanos para el gobierno militar, un talón de Aquiles que puede hacer perder a la coalición la superioridad moral de la que goza".