EL PEOR MOMENTO DE BACHELET Y CIA.
Los malos augurios de los analistas, que sugerían que el nuevo sistema de transporte urbano podría ser un misil destructor de la popularidad presidencial, parecen estar haciéndose realidad.
No por nada, la principal caída en el apoyo a Bachelet se da justamente en este último trimestre. En los primeros nueve meses (marzo-diciembre 2006, con el escándalo de Chiledeportes ya desatado a full), el apoyo a la presidenta baja sólo 6,4%. En cambio, en los últimos tres meses sufre una caída abrupta: 11,4 puntos. Tanta importancia ha adquirido el Transantiago, que para los santiaguinos es el segundo tema al que debería prestar mayor preocupación el Gobierno (sólo superado por la delincuencia, y dejando atrás a la educación, la salud, el desempleo y los jubilados).
La encuesta El Mercurio-Opina S.A. publicada hoy y que mide este primer año de la gordi en la Moneda grafica las malas nuevas.El desempeño del gobierno es evaluado con nota 3,9 al igual que su gabinete.Pero la peor noticia es para la propia Presidenta, que a pesar de obtener una calificación de 4,2, en estos 12 meses sufre una caída en su apoyo de 17,8% (de 65,3 a 47,5 puntos). Mientras, su nivel de rechazo aumenta casi al doble (21,3% a 40,3%).
Y hay más. Las altas expectativas puestas en Bachelet al inicio de su gobierno parecen haberse vuelto en su contra. En marzo del año pasado, el 57% creía que la Mandataria tendría un desempeño igual al que tuvo Ricardo Lagos (quien se estaba yendo con una altísima popularidad). Incluso, el 28% de los encuestados pensaba que ella lo haría mejor.Hoy, en cambio, el 50,8% de los santiaguinos cree que el gobierno de Bachelet es menos de lo que esperaban.
Si bien varios otros temas aparecen como verdaderos aguafiestas en la calificación del desempeño gubernamental -manejo de la delincuencia (nota 3,0), desempleo (3,7), educación (3,7), jubilados (3,7), salud (4,0)-, el Transantiago es el que se lleva la peor nota (2,8) y se transforma en un punto gravitante en la caída de la popularidad presidencial.
Dudas no hay: Bachelet está viviendo su peor momento político desde que arribó a Palacio.
Los malos augurios de los analistas, que sugerían que el nuevo sistema de transporte urbano podría ser un misil destructor de la popularidad presidencial, parecen estar haciéndose realidad.
No por nada, la principal caída en el apoyo a Bachelet se da justamente en este último trimestre. En los primeros nueve meses (marzo-diciembre 2006, con el escándalo de Chiledeportes ya desatado a full), el apoyo a la presidenta baja sólo 6,4%. En cambio, en los últimos tres meses sufre una caída abrupta: 11,4 puntos. Tanta importancia ha adquirido el Transantiago, que para los santiaguinos es el segundo tema al que debería prestar mayor preocupación el Gobierno (sólo superado por la delincuencia, y dejando atrás a la educación, la salud, el desempleo y los jubilados).
La encuesta El Mercurio-Opina S.A. publicada hoy y que mide este primer año de la gordi en la Moneda grafica las malas nuevas.El desempeño del gobierno es evaluado con nota 3,9 al igual que su gabinete.Pero la peor noticia es para la propia Presidenta, que a pesar de obtener una calificación de 4,2, en estos 12 meses sufre una caída en su apoyo de 17,8% (de 65,3 a 47,5 puntos). Mientras, su nivel de rechazo aumenta casi al doble (21,3% a 40,3%).
Y hay más. Las altas expectativas puestas en Bachelet al inicio de su gobierno parecen haberse vuelto en su contra. En marzo del año pasado, el 57% creía que la Mandataria tendría un desempeño igual al que tuvo Ricardo Lagos (quien se estaba yendo con una altísima popularidad). Incluso, el 28% de los encuestados pensaba que ella lo haría mejor.Hoy, en cambio, el 50,8% de los santiaguinos cree que el gobierno de Bachelet es menos de lo que esperaban.
Si bien varios otros temas aparecen como verdaderos aguafiestas en la calificación del desempeño gubernamental -manejo de la delincuencia (nota 3,0), desempleo (3,7), educación (3,7), jubilados (3,7), salud (4,0)-, el Transantiago es el que se lleva la peor nota (2,8) y se transforma en un punto gravitante en la caída de la popularidad presidencial.
Dudas no hay: Bachelet está viviendo su peor momento político desde que arribó a Palacio.
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