martes, 11 de septiembre de 2007

DE LA CONFRONTACION A LA UNIDAD


La diferencia entre este 11 de septiembre y los anteriores radica en que la persona del Presidente Pinochet ya no está con nosotros.

Para quienes fuimos sus partidarios, es un momento para recordar su figura y su obra en beneficio del país. Es evidente que para sus detractores esta fecha también está llena de significados y contenidos. Si todos aceptáramos que respecto de los hechos históricos relacionados con el 11 de septiembre existen visiones distintas y legítimas, el país daría el primer paso verdadero hacia la superación de las heridas del pasado.

Chile necesita pasar de una etapa de confrontación a una de búsqueda de la unidad nacional. Ningún país construye su futuro entrampado en sus quiebres históricos pasados. Ellos deben servir de elemento de reflexión, para no cometer los mismos errores que generaron las causas de la crisis que vivió Chile y que hicieron de la intervención de las Fuerzas Armadas una salida inevitable. Tal como explicaba el ex Presidente Eduardo Frei Montalva en su histórica carta al Primer Ministro italiano Mariano Rumor:

"Este país ha vivido más de 160 años de democracia prácticamente ininterrumpida. Es de preguntarse entonces cuál es la causa y quiénes son los responsables de su quiebre. A nuestro juicio -prosigue el ex Mandatario-, la responsabilidad íntegra de esta situación -y lo decimos sin eufemismo alguno- corresponde al régimen de la Unidad Popular instaurado en el país".

"El Presidente de la República declaraba respetar la ley, la Constitución y la democracia -señala Frei en su misiva-, pero todas sus declaraciones eran de inmediato contradichas por los hechos, ya que todos los compromisos fueron violados y todas las afirmaciones desmentidas posteriormente por sus actos", concluía Eduardo Frei Montalva.

A su turno, Patricio Aylwin lo confirmaba en declaraciones del 19 de octubre de 1973:

"La verdad es que la acción de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros no vino a ser sino una acción preventiva que se anticipó a un autogolpe de Estado, que con la ayuda de milicias armadas con enorme poder militar de que disponía el Gobierno y con la colaboración de no menos de 10 mil extranjeros que había en este país pretendían o habrían consumado una dictadura comunista".

Se vivía en esa época un clima de enorme polarización y violencia. Jaime Guzmán le escribía a su madre el 29 de agosto de 1973, relatando:

"En estos días he vuelto a ser violentamente atacado en los titulares de primera página de los diarios marxistas, 'como ideólogo del terrorismo y del golpe'. Ignoro si con ello pretenderán desprestigiarme o amedrentarme. Si fuera lo primero, creo que la falsedad es demasiado burda para ser creída. Si se tratara de lo segundo, no entiendo cómo no se han dado cuenta de que pierden su tiempo".

Al recordar estos testimonios no se pretende reabrir un debate sobre visiones antagónicas, sino que reforzar la idea de que los responsables de la crisis no se encuentran exclusivamente entre los integrantes de nuestros institutos armados.

Con la llegada del Bicentenario, nos acercaremos a cumplir cuatro décadas del 11 de septiembre. Chile merece y necesita superar la confrontación y la violencia como método para zanjar nuestras diferencias. Las nuevas generaciones debieran conocer en profundidad las causas, extraer las lecciones históricas y trabajar por la unidad y el progreso del país. Ése fue el espíritu que inspiró al Presidente Pinochet en sus últimos años de vida.

Los dolores no son patrimonio sólo de un sector político. La fractura social que vivió Chile tiene responsables múltiples y afectó a toda una generación. No se puede adjudicar sólo a las Fuerzas Armadas la responsabilidad de la crisis, porque esa sería una mirada sesgada e injusta.

Cuando se habla de si la obra del Presidente Pinochet fue positiva o negativa para Chile, basta constatar que la mayor parte de las transformaciones económicas y sociales impulsadas durante su mandato se mantienen -en lo central- sin grandes variaciones. Ellas han sido el fundamento básico de la transición política y el desarrollo económico que el mundo ha apreciado y valorado de Chile. Los avances en ambos planos han beneficiado a los chilenos, cualquiera haya sido su visión sobre el pasado. Ello debiera servir, ahora, para acometer el desafío, naturalmente no exento de dificultades, de avanzar en la materialización de gestos recíprocos que demuestren que el futuro nos une por sobre los conflictos del pasado.

Ese espíritu debiera inspirar a los chilenos y chilenas de hoy, para vivir en un país enfocado en la solución de sus problemas y en los desafíos pendientes del futuro.

domingo, 9 de septiembre de 2007

EL PRIMER 11 SIN NUESTRO GENERAL


El 24 de noviembre del año pasado la Fundación Pinochet invitó al general en retiro a un reservado encuentro en la Corporación Unión El Golf para celebrar su cumpleaños número 91.

Tras los saludos de rigor y pese a que su salud estaba delicada, el ex Presidente se dio tiempo para hacer un pequeño pero emotivo discurso agradeciendo el apoyo incondicional de los miembros de la organización que preside Hernán Guiloff. "Entre nosotros hay una amistad eterna", les dijo a los asistentes.

La frase, pronunciada apenas 16 días antes de su fallecimiento, quedó sonando en los oídos de quienes estuvieron ahí. Por eso, tras el deceso del ex general -el 10 de diciembre de 2006- la Fundación decidió lanzarse a concretar lo que estima es su gran misión: organizar el "legado" de Augusto Pinochet.

El directorio de la entidad, donde están Andrés Vial, Carlos Cáceres y Guillermo Garín, decidió dar el vamos a dos proyectos: crear un museo dedicado a Augusto Pinochet y un centro de documentación sobre el gobierno militar. Y si bien ambas iniciativas están en proceso -para ser inauguradas en un año más-, son algunas de las grandes preocupaciones de la Fundación este 11 de septiembre.

Según se informó en la propia organización, el museo Augusto Pinochet se instalará en la sede de calle O'Brien, en Vitacura, y albergará objetos y documentos del general (r). Entre ellos, los más preciados -y que ya están en poder de la entidad- son la bandera y la banda presidencial que usó Pinochet en los 17 años que fue Presidente de Chile, además del uniforme de gala de parada del ex uniformado. Pero además, la fundación tiene entre sus pertenencias una espada y el famoso óleo de Pinochet que adornó su escritorio.

La entidad trabaja en recolectar documentos y antecedentes sobre el gobierno militar para dar el vamos al centro de documentación, que contendrá la mayor cantidad de antecedentes y documentos sobre el gobierno militar, y que busca ser un espacio serio para investigadores y estudiosos.

Cripta temporal y viudas reunidas

Este 11 de septiembre será conmemorado de forma discreta por la familia y por los amigos cercanos de Augusto Pinochet.

Durante la mañana del martes habrá una misa privada, a la que asistirán la familia y el directorio completo de la Fundación, en la capilla de Los Boldos. Allí será inaugurada una sencilla tumba con los restos de Augusto Pinochet. Se hizo un vaciado bajo el suelo frente al altar y se puso una lápida de mármol donde puede leerse: "Augusto Pinochet Ugarte, Presidente de la República, 1915-2006".

Se espera en los próximos años hacer un mausoleo definitivo, nada ostentoso pero acorde con la figura del ex mandatario, que pueda ser lugar de peregrinación.

En la tarde del mismo 11 habrá una segunda misa, a la que asistirán colaboradores cercanos a Pinochet, como el ex ministro de Obras Públicas Bruno Siebert o el general en retiro Santiago Sinclair.

La noche del lunes 10, un grupo de generales y oficiales hará una cena en el restaurante 100 Águilas, de Avda. Américo Vespucio, para conmemorar la fecha. No se prevé la asistencia de la familia ni de la Fundación Pinochet.

Pero también la Coordinadora de Organizaciones de Personal en Retiro de las Fuerzas Armadas (Coperfa) planea hacer su propia celebración, que será más masiva y se realizará el 29 de septiembre, para evitar mezclarla con los desmanes clásicos del 11 de septiembre.

Uno de sus organizadores, Renán Balas, indica que la idea es hacer un "megaevento" en la plaza Inés de Suárez, donde no sólo se conmemorará un nuevo aniversario del 11 de septiembre de 1973. También se dará apoyo público a los familiares de los uniformados detenidos. Uno de los objetivos es reunir en el encuentro a las cuatro viudas de los miembros de la junta militar: Lucía Hiriart de Pinochet, Margarita Riofrío de Merino, Gabriela García de Leigh y Alicia Godoy de Mendoza.

La Fundación Pinochet está organizando para diciembre el aniversario del fallecimiento de Augusto Pinochet. Para esa oportunidad la idea es hacer un acto masivo, que reúna a tanta gente como la que asistió a sus funerales.
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PODRAN CAMBIAR EL NOMBRE DE LAS CALLES, PODRAN PLAGAR EL PAIS CON SUS ESTATUAS, LO QUE NO PODRAN CAMBIAR JAMAS ES LA HISTORIA RECIENTE DE CHILE "LA HISTORIA ES NUESTRA AL IGUAL QUE SU VERDAD" Verdad y Libertad