jueves, 21 de diciembre de 2006

NUEVAMENTE, A LAS PUERTAS DEL ABISMO


Cuando falleció hace un año atras la dirigente comunista Gladys Marín sus seguidores y compañeros de ruta pudieron expresarle su reconocimiento en un clima de paz, respeto y silencio.

Sin haber ocupado la fundadora del FPMR jamás una alta magistratura de la nación, el régimen concertacionista decretó tres días de duelo oficial. Incluso, sus millones de detractores le reconocieron – hidalgamente - consecuencia en la lucha que en vida encabezó.

Ahora que murió Pinochet, hemos constatado la otra cara de la medalla nacional. Hemos asumido en su nauseabunda expresión el desenfreno de las heces de la sociedad chilena.

Grupúsculos violentistas de ultra izquierda con las banderas oficiales del PCCH y del MIR (y obviamente refugiados entre las faldas de los manipulados DD.HH.) se lanzaron a las calles jubilosos, burlescos, groseros, destruyendo todo lo que encontraron por delante, dejando una cincuentena de carabineros heridos, sin que nadie resultase responsable. Porque si de juzgar a la izquierda se trata, La Moneda no aplica el caiga quien caiga y sólo se desvive por entregar multimillonarias y masivas pensiones vitalicias, "de indemnización", a los compañeros.

Coetáneamente, con la inhumanidad marxista, la jefa del Estado, del mismo régimen concertacionista que asiló a Honecker y mantiene carnales relaciones con La Habana y Caracas, le negó los honores de ex presidente a quien promulgó la constitución política que ha posibilitado cuatro gobiernos y parlamentos concertacionistas consecutivos y quien, en un gesto propio de un demócrata, legó ordenada y responsablemente la banda presidencial de alternancia en el poder, a su sucesor Patricio Aylwin, en marzo de 1990, con una república posicionada en el primer lugar económico de América Latina.

A Pinochet que con virtudes y yerros entregó su alma por Chile – en un hecho inédito en la historia universal – se le ha negado un humanitario mausoleo o memorial, incluso se le ha birlado la paz de los cementerios, merced al insaciable deseo de venganza de sus totalitarios enemigos y a la lenidad apocada de una institución a la cual le dedicó su vida, la que ha escudado sus ininteligibles capitulaciones sucesivas, en timoratas frases como un petulante "Nunca Más" o el apoyo al personal en retiro "en todo lo correcto y nada en lo incorrecto", como consecuencia de la carencia de carácter y sentido histórico de circunstanciales personajes, que dejaron a sus heridos abandonados en el campo de batalla, botados a las fauces de sus enemigos, para así demostrar que obraban en lo "políticamente correcto", a los estamentos más desprestigiados y repudiados por la ciudadanía, los partidos políticos y sus dirigencias.

Esta pagina vergonzosa de la historia patria que la mayoría silenciosa de la república padece estoicamente, como la corruptela oficial generalizada o la narco delincuencia desatada, caerá más temprano que tarde sobre sus asimilables y timoratos protagonistas, porque más allá de canalladas mayúsculas como los 9.000 kilos de oro chino o el supuesto fingimiento del mortal episodio cardíaco, la obra de Pinochet paulatinamente se va consolidando en su prístina macicez, porque sus reformas económicas y sociales pioneras, hoy son aplicadas en el mundo entero y porque sus acciones de guerra contra subversiva de los agentes soviéticos locales, son nimias al lado de las violaciones multitudinarias a los DD.HH. hoy en Irak, Palestina, Guantánamo, Somalia o Cuba.

Empero, observando el futuro inmediato, lo que resulta deleznable y de la más perversa ingeniería psicopolítica, siguiendo la siniestra escuela de Laurentis Beria, el jefe de la policía política estalinista, (cuyos métodos se estudiaban obligatoriamente como catecismo, en la ex Alemania comunista por parte de todos quienes estuvieran prohijados por dicho estado totalitario) es la búsqueda de usufructo político contingente – digitada desde la más altas magistraturas de La Moneda – como lo informara La Tercera del 13 de diciembre de 2006, en orden a mantener lacerante y viva toda la más contumaz odiosidad en materia de DD.HH, con el único propósito, no de servir a los DD.HH. en si mismos, sino que de "confrontar a la alianza", creyendo así evitar el desplome del bloque gobiernista durante el errático mandato de Bachelet, por las decenas de escándalos de corrupción que seguirán estallando y que tienen como principales protagonistas a miembros del "progresismo".

Gente decente de la Concertación como Martner, Boeninger o Dockendorf, sólo han dicho en público lo que en privado ya era vox populi, que el saqueo de las arcas fiscales para la partitocracia imperante, no resistía más silencios cómplices.

Las valientes y reflexivas declaraciones del fundador del PPD, Jorge Schaulson, a El Mercurio (10 de diciembre de 2006) en orden a que la Concertación se ha transformado en una industria del cohecho estatal y la corruptela desbandada, ahorran, asimismo, mayores comentarios sobre el particular.

Dicho abuso de poder intolerable de una desorientada administración que entre gentiles sonrisas y caricias televisivas a inocentes niños, pretende inocular odio a raudales entre los chilenos, reabriendo las heridas más ponzoñosas del ayer reciente, debe ser el punto de inflexión y ruptura para todos los sectores nacionales, comenzando con la oposición de terciopelo y los acomodaticios medios de prensa de "derecha", prosternados ante La Moneda, pues, de lo contrario, la inquina e irresponsabilidad palaciega, podría llevarnos de sopetón, nuevamente, al abismo del odio fraticida entre chilenos.

Intentar usar las llagas de DD.HH. como tóxicas artimañas distractivas, para ocultar los escándalos de malversación y robo de caudales públicos, es un acto de la máxima perversidad política. Solo aplicable por ex alumnos (nas) de las escuelas psicopolíticas estalinistas de la ex Alemania Oriental (DDR).

Manipulación perversa que debe y tiene que ser denunciada por todos los estamentos honorables de nuestra sociedad, porque no se puede estar inoculando odio a raudales, para posibilitar la estabilidad, de una ya muy precaria legitimidad de origen y ejercicio del poder.

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PODRAN CAMBIAR EL NOMBRE DE LAS CALLES, PODRAN PLAGAR EL PAIS CON SUS ESTATUAS, LO QUE NO PODRAN CAMBIAR JAMAS ES LA HISTORIA RECIENTE DE CHILE "LA HISTORIA ES NUESTRA AL IGUAL QUE SU VERDAD" Verdad y Libertad