EL GABINETE DE BACHELET

No voy a dar la lata analizando a cada uno de los miembros del nuevo gabinete. Hubo sólo unos pocos que me llamaron la atención:

Puedo entender que a Andrés Zaldívar le hayan querido dar un premio de consuelo por haber perdido en las senatoriales, y también entiendo que debe haber gente con experiencia... pero por favor, ¡el tipo ya era ministro en la época de Frei Montalva, hace 40 años! Es como si en el año 2046, cuando yo tenga 79 años, siguiéramos viendo a los que hoy son caras nuevas.

En la Secretaría General de la Presidencia se designó a Paulina Veloso, una abogada socialista cuyo esposo fue muerto por agentes argentinos en 1977. En su paso por el Consejo de Defensa del Estado, se encargó de desbaratar la tesis de la "amnistía impropia" que propiciaba Clara Szczaranski, una de las pocas iniciativas positivas de ésta, ya que posibilitaba eliminar las condenas por "secuestro permanente". Aquí podemos ver que se viene pesada la mano para los perseguidos políticos de la era concertacionista.

Como Ministro de Justicia (esto me pareció divertido) se designó a Isidro Solís, que fue el abogado defensor de la hija de Bachelet por su caso de choque en estado de ebriedad. El sujeto es experto en inteligencia y en casos de DD.HH., y dirigió la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones (Dispi), antecesora de la actual ANI.

Pero lo que más me intrigó fue el nombramiento en el ministerio que más me interesa, que es el de Defensa. Estuve revisando el currículum de Vivianne Blanlot y vi que es experta en economía y en temas energéticos, pero no encontré nada relacionado con defensa ni nada parecido. Al parecer, miran tan en menos a este ministerio que creen que basta el que Blanlot sea pariente de militares para que cumpla bien sus funciones.

Pero bueno, al menos hasta cierto punto se cumplió eso de que nadie se repetiría el plato. No veremos a Bitar, a Vidal ni al "enano maldito" de Puccio, aunque sí seguiremos viendo al "chivo" Lagos Weber.