A las 14.15 horas de hoy, se extinguió la vida del exPresidente de la República y exComandante en Jefe del Ejército, general Augusto Pinochet, la gran figura de la historia de Chile en el siglo XX.
La noticia conmocionó al país, porque se produjo justamente cuando el viejo guerrero parecía a punto de superar otra de las difíciles batallas que libró durante su vida, de las cuales salió siempre victorioso, gracias a su fe en Dios y su inclaudicable voluntad de vivir.
Sus partidarios nos estamos reuniendo espontáneamente frente al Hospital Militar. Lo estamos haciendo con banderas chilenas, porque fue él símbolo de la patria.
Un fenómeno similar se registra en otros puntos de Santiago. Sus partidarios cantamos reiteradamente el Himno Nacional, especialmente la estrofa que dice:“Vuestros nombres, valientes soldados...”
La amarga excepción fue la Plaza Italia, donde una montonera de elementos comunistas y afines, con absoluta desvergüenza y sin ninguna consideración, se concentró a “celebrar” la muerte del general, fenómeno que por primera vez ocurre en la historia de Chile. Los elementos allí reunidos tuvieron un comportamiento reñido con los principios esenciales de humanidad.
Llamamos a todos nuestros amigos,compatriotas, civiles y militares en retiro, a adherirse a este duelo.
Les solicitamos izar el pabellón nacional a media asta en el frontis de sus hogares y elevar una plegaria por el descanso eterno del exgobernante.
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